Paris Jackson renace sin olvidar su apellido
La hija de Michael Jackson comienza 2017 con un contrato en Chanel, su debut en la serie ‘Star’ y la portada de ‘Rolling Stone’
Madrid
La hija de Michael Jackson también quiere ser una estrella. A sus 18 años, Paris Jackson está decidida a triunfar como actriz después de haber hecho sus pinitos como modelo. Ha empezado el año con una campaña para Chanel entre soldados y la torre Eiffel de París, con la portada del número de enero de la edición estadounidense de Rolling Stone, con la contratación de uno de los representantes más cotizados de Hollywood y con su debut en un capítulo de la serie Star, un drama musical de la cadena Fox que trata precisamente sobre el estrellato. Un arranque de 2017 con el que lanza un claro mensaje: ha enterrado definitivamente sus problemas del pasado, que incluyen episodios de bullying y varios intentos de suicidio. Coincidiendo con su mayoría de edad y ocho años después de la muerte de su padre, la mediana de los tres hijos del rey del pop se muestra como una joven renacida y capaz de tomar definitivamente las riendas de su vida, hasta ahora marcada por una infancia poco común y una adolescencia dramática.
El reportaje central de la revista y el anuncio para Chanel no son fruto de la casualidad. Paris Jackson estaría recibiendo ofertas de este nivel después de haber contratado los servicios de Arnold Stiefel, representante, entre otros, del cantante Rod Stewart y la actriz Bette Midler y responsable de haber guiado las carreras de superestrellas como Princeo Guns n’ Roses. Varios portales de información en Estados Unidos han confirmado esta noticia, y Stiefel ya habría diseñado un plan para el lanzamiento de la carrera de Paris, empezando por una entrevista en un medio importante como es Rolling Stone y con titulares impactantes sobre su vida y la de Michael Jackson. La charla incluye confesiones como que hace cuatro años, con 14, un adulto desconocido abusó sexualmente de ella. “No quiero dar muchos más detalles, pero fue muy duro para mí y no se lo dije a nadie”, ha contado la joven a la mítica publicación.
El otro asunto al que Paris accede a responder es el de la paternidad biológica de Michael Jackson, muchas veces cuestionada ya que tanto ella como sus otros dos hermanos, Michael Jackson Jr. (19 años) y Prince (14 años), tienen la piel blanca. Además, la madre de los hijos más pequeños que tuvo el cantante, Debbie Rowe, reveló en una ocasión que nunca convivió con él. La joven, asegurando que es la última vez que hablará sobre ello, afirma: “No importa si lo fuese o no, pero resulta que sí es mi padre y siempre lo será. La gente que lo conoció me dice que lo ven en mí”. También culpa al doctor Murray —que cumple cuatro años de prisión por el homicidio involuntario del rey del pop, ocurrido el 25 de junio de 2009— de la adicción que sufría su padre a un anestésico y que le condujo a la muerte. Paris está segura de que fue asesinado. “Absolutamente, todo apunta a ello. Algunos piensan que suena a teoría de la conspiración, pero todos en la familia lo creemos”, sentencia.
Paris también desvela en dicha entrevista detalles de su infancia en Neverland, situado en Santa Bárbara (California). “Para mí y para mi hermano, el nombre de mi padre era simplemente papá, no sabíamos quién era, pero él era nuestro mundo y nosotros el suyo”. Un resumen de una infancia en la que no salían de aquel rancho que homenajeaba a la infancia eterna de Peter Pan y que incluía un zoológico y un parque de atracciones. Jackson regresó a Neverland en octubre de 2016, como ella misma relató en su cuenta de Instagram —donde tiene un millón de seguidores— junto a un vídeo y una fotografía, que ahora ha eliminado, con las llamas que allí habitan.
Apenas tuvieron contacto con nadie salvo con su padre —que de pequeños siempre les cubría el rostro frente a los fotógrafos— y sus cuidadores. Tampoco fueron a un colegio, aunque el cantante les dio “la opción de elegir”, explica. Tras su muerte comenzaron los problemas para Paris. Episodios de acoso escolar que desembocaron en una depresión, adicción al alcohol y a las drogas y varios suicidios frustrados. “Era odio hacia mí misma, una pésima autoestima que me hacía creer que no me merecía vivir”, cuenta. Tras abandonar el hospital, ingresó un año en una escuela terapeútica en la que superó sus problemas sin tomar medicación, ya que no quería engancharse a los psicofármacos como su padre.
Posar como terapia
Trabajar como modelo también le ha servido de terapia. “Mucha gente cree que soy fea y otros tantos que soy guapa. Pero hay un momento cuando estoy posando que me olvido de mi autoestima y solo pienso en lo que me dice el fotógrafo. Ahí me siento bella, aunque suene egoísta”. En la moda ha comenzado nada menos que con Chanel, aunque en este momento se define como maniquí y actriz todavía en formación. Quizá por su primera faceta estuvo en algunos de los desfiles de la semana de la alta costura de París en enero.
Dicen que tiene el magnetismo de su padre, algo que habría sido clave para convencer al productor Lee Daniels de contratarla para la serie Star. Paris toca varios instrumentos, escribe y canta, pero no está segura de querer un contrato discográfico, quizás para evitar comparaciones con su progenitor, uno de los artistas más importantes de la historia. Eso no quita que le lleve siempre consigo, con nueve tatuajes en su honor. “No me trajo nada más que alegría, ¿por qué no tener un recordatorio constante de esa felicidad?”, concluye.